lunes, 27 de marzo de 2017

¿QUIÉN PUEDE MATAR A UN NIÑO?

Ficha técnica


Título: ¿Quién puede matar a un niño?
Guión: Chicho Ibáñez Serrador
Director: Chicho Ibáñez Serrador
Año: 1976
País: España
Duración: 100 min
Reparto: Lewis Fiander, Prunella Ransome, Antonio Iranzo, Miguel Narros, María Luisa Arias, Marisa Porcel, María Druille, Lourdes de la Cámara, Roberto Nauta, Luis Ciges
Productora: Penta Films
Fotografía: José Luís Alcaine
Música: Waldo de los Ríos
Género: Terror. Thriller


“-Un niño normal es incapaz de matar a un hombre.

-Yo soy un hombre normal y llegué a proponerte que matásemos a un niño.”



¿Quién puede matar a un niño? constituye un ejemplo en el cine español dentro del género de terror. Con este filme, adaptación de la novela El juego de los niños, Chicho Ibáñez rompe los esquemas de este género y propone una nueva perspectiva desde la que afrontar el cine de terror. Algunos años después Stephen King escribía El umbral de la noche, que daba lugar al filme Los chicos del maíz, estrenado en 1984 y que guarda similitudes con la película de Chicho Ibáñez.

La película de Chicho Ibáñez cuenta con algunos elementos que la convierten en un modelo para la narrativa del género de terror. Una de las principales claves de su éxito es la no inclusión de los tópicos del cine de terror en elementos como los personajes y la fotografía. La narrativa de esta película juega a desarrollar el concepto del miedo a través de personajes inocentes, escenarios luminosos, colores suaves... Es decir, el miedo está presente en la película de forma impredecible, lo que hace que se conecte de una forma novedosa y efectiva con la mente del espectador. 

Por un lado, cabe destacar la importancia de que los protagonistas y los conductores del terror sean niños, unos personajes caracterizados por la inocencia y representados como víctimas dentro del imaginario colectivo. Ahora los niños dejan atrás su inocencia y se rebelan contra los adultos. En las imágenes de archivo que aparecen al inicio se cuenta cómo los niños han sido víctimas a lo largo de la historia de las barbaridades cometidas por los adultos. 

Por otro lado, el segundo elemento con el que se juega al despiste es la fotografía. Al contrario que en la mayoría de películas de terror, la trama aquí se desarrolla de día, en un escenario tranquilo y luminoso. Esto no hace sino acentuar el cariz terrorífico de la historia. La luz y la suavidad de los colores junto a la inocencia de los perotagonistas, elementos que confunden y despistan al resto de personajes, a los adultos, y hace que estén desprevenidos ante el ataque. Esto hace que el espectador empatice con los adultos, y que durante el visionado de la película tenga cierta dosis de tensión.

El espectador en la actualidad está acostumbrado al cine de terror como sinónimo de grandes efectos especiales y el elemento paranormal como base en torno al cual gira la trama. Pero en el año 1976 una película como ¿Quién puede matar a un niño? era algo totalmente novedoso en el cine de terror. Jugar con elementos psicológicos, históricos y sociales para dar forma a una historia dentro de un género lleno de clichés. 

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